El
examen de los restos del segundo faraón de la dinastía XX, que
gobernó Egipto entre 1.186 y 1.155 a.C., apoya la teoría de que fue
víctima de una conspiración liderada por Tiyi, una de sus dos
esposas, y su hijo el príncipe Pentaur, ávido por heredar el trono
de su padre.
La hipótesis de la conjura para matar al faraón se basa en un papiro datado en el año 1.155 a.C. que da cuenta de un proceso judicial contra miembros del harén de Ramsés III para derrocarlo y hacerse con el poder.
Ampliar noticia (Fuente) El Espectador (Uruguay)