lunes, 7 de marzo de 2011

La tarea del historiador consiste en recordar lo que otros olvidan

En su excelente “Historia del siglo XX”, el historiador británico Eric Hobsbawm recuerda la visita inesperada del entonces presidente francés Francois Miterrand a Sarajevo, el 28 de junio de 1992, escenario central de una guerra en los Balcanes que en lo que quedaba de ese año cobraría quizás 150.000 vidas. El aspecto que el historiador resalta, es el de la importancia de la fecha. ¿Por qué había elegido el presidente de Francia esa fecha para ir a Sarajevo? Porque el 28 de junio era el aniversario del asesinato en Sarajevo, en 1914, del archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría, que desencadenó, pocas semanas después, el estallido de la primera guerra mundial. La elección no fortuita de una fecha simbólica era tal vez la mejor forma de resaltar las posibles consecuencias de la crisis de Bosnia. Sin embargo, sólo algunos historiadores profesionales y algunos ciudadanos de edad muy avanzada comprendieron su significado. La memoria histórica ya no estaba viva.


“La destrucción del pasado, o más bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno de los fenómenos más característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX. En su mayor parte, los jóvenes, hombres y mujeres de este final de siglo crecen en una suerte de presente permanente sin relación orgánica alguna con el pasado del tiempo en el que viven. Esto otorga a los historiadores, cuya tarea consiste en recordar lo que otros olvidan, mayor trascendencia que la que han tenido nunca, en estos años finales del segundo milenio. Pero por esa misma razón deben ser algo más que simples cronistas, recordadores y compiladores, aunque esta sea también una función necesaria de los historiadores”.


Fuente: http://www.siemprehistoria.com.ar/
Ver: La bitácora de Hobsbawm
Leer también: Marc Bloch: Introducción a la Historia

Altamira: cerrar o perecer


La cueva de Altamira fue declarada
Patrimonio de la Humanidad en 1985.

Hasta ese momento, la cueva de Altamira (Santillana del Mar, España) había permanecido clausurada más de 13.000 años por el desplome de la entrada. A partir del descubrimiento, se empezaron a alterar las condiciones ambientales que habían permitido mantener intactos los pigmentos durante milenios.
Desde entonces su historia es un tira y afloja entre el afán de conservarla a ultranza y el deseo de exhibirla.
La última vez que estuvo abierta por dos décadas al público, pero en 2002 se detectaron una serie de microorganismos que estaban deteriorando sus pinturas y Altamira cerró definitivamente sus puertas.
Altamira, considerada el despertar de la sensibilidad artística del ser humano, supone un hito cultural en la historia de la humanidad. Sus pinturas de 16.000 años de antigüedad evidencian que el hombre prehistórico era capaz de expresarse artísiticamente a un nivel avanzado.
Fuente: BBC Mundo - Para leer más

¿Sigue evolucionando el ser humano?

El ser humano ha logrado controlar
algunos de las fuerzas que impulsaban 

la evolución, como las enfermedades.

En 1859, Carlos Darwin publicó "El origen de las especies", un libro que transformó la percepción del mundo en relación al desarrollo de la vida en la Tierra.
Pero desde entonces, los científicos se han preguntado si los humanos se han sustraído de alguna forma del poder de la selección natural.
Al descifrar la secuencia del genoma humano, los científicos han logrado encontrar pistas para responder a esta pregunta.
Por medio de la comparación genética, los investigadores pueden determinar las diferencias entre los seres humanos y cuánto hemos evolucionado.
Fuente: BBC Mundo - Para leer más