[EL PAÍS Cultural] Hoy se sabe que la humanidad se originó en África. Hasta hace 70 años,
sin embargo, los antropólogos más influyentes (casi siempre europeos y
estadounidenses) creían que la "cuna de la humanidad" no debía
encontrarse allí sino en Europa o Asia.
La primera evidencia a favor del
despreciado "continente negro" surgió en 1924, cuando Raymond Dart
encontró en Sudáfrica un fósil que comprendía buena parte del esqueleto
de la cabeza de un niño muerto hace aproximadamente 3 millones de años.
La cabeza poseía rasgos simiescos y humanos (entre ellos algunos que
indicaban que el ser al que pertenecía tenía una postura bípeda). Dart
llamó Australopithecus africanus ("mono del sur de África") a la
especie a la que pertenecía el niño y concluyó que ésta era parte de la
familia humana, es decir, de los homínidos (u homininos, como se
prefiere ahora).