Según Ruth Shahack-Gross, una de las investigadoras a
cargo, se trata de la prueba más antigua que se conoce de este avance en
el desarrollo de la especie, que da a entender que, antes de lo
esperado, ya existían humanos prehistóricos “sedentarios, con una
estructura social muy avanzada y gran capacidad intelectual”.
El equipo, encabezado por los profesores Avi Gopher y
Ran Barkai, investigó el hallazgo con varios métodos. Las muestras,
recogidas en la cueva por la doctora Ruth Shahack-Gross, fueron
analizadas detalladamente en el laboratorio y mostraron una gruesa capa
de ceniza de madera en el centro de la cueva.